jueves, 6 de mayo de 2010

RELATOS DISPARATADOS..... por Ana Gómez


¿Mentira?

Hola, mi nombre es Amanda, tengo 12 años y me ocurren cosas muy extrañas.

Hace varios días sucedió algo inesperado…

Una noche soñé que viajaba a una ciudad desconocida. Aquella ciudad era enorme, tenía habitantes de varios colores que vestían con ropa multicolor. Todas las personas me miraban de una manera extraña, supongo que sería porque mi color de piel era único. Decidí ir a la escuela.

La escuela tenía un color muy alegre, las paredes estaban repletas de dibujos, había muchísimos columpios, era… ¡UNA ESCUELA PERFECTA!

En las aulas, los pupitres estaban ocupados por adultos, y los niños estaban dando clase tranquilamente como si fuera lo más normal del mundo.

El recreo duraba unas dos horas y niños y adultos jugaban muy felices, todos juntos.

Más tarde, tenía hambre, y comencé a andar hasta llegar a un restaurante.

El restaurante también se pasaba de extraño, me senté a comer y el camarero era un ¡perro!

¡Puff…! Y el resto de la ciudad ¡ya te lo podrás imaginar!

Aquella ciudad de mi sueño era extrañísima.

Pero los más extraño no era el sueño si no…

Cuando me desperté de aquel sueño aparecí en la ciudad, y no, no seguía durmiendo ahora todo era realidad. Aunque aquella ciudad era mejor porque los niños eran como dioses, todo lo mejor era para nosotros.

Más tarde volví a mi vida normal.

Pero lo más extraño fue cuando se celebraba la feria de mi pueblo y como todos los años iba con mis padres.

Este año la feria tenía una nueva decoración: las casetas eran muy primaverales, en el alumbrado se podía leer el nombre de la ciudad…

Este año había llegado un nuevo mago, el mago `` Patatín ´´.

Por su nombre creerás que era un mago muy corriente y gracioso pero no era así. El aspecto de este mago daba un gran escalofrío.

Llevaba un sombrero de copa con una calavera dibujada en el centro, un collar con varios colmillos de animales, una camisa lila y un smoking color negro.

Sus ojos eran lilas, sus labios y dientes eran enormes y sus piernas y brazos eran extremadamente delgados.

Me acerqué y este señor quiso hacer un truco de magia. Sentí una ligera brisa y enseguida estaba en otro lugar.

¡Estaba de nuevo en aquella ciudad!

Ahora me había convertido en uno de ellos.

Tengo tantas preguntas por hacerme…

¿Por qué siempre aparecía en esa ciudad? ¿Qué tenía que ver conmigo?

Son cosas extrañas y a la vez disparatadas ¿por qué?

ANA GÓMEZ

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