jueves, 18 de febrero de 2010

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Diminutas hebillas
de la brisa ligera
decoran y pintan
el viento en primavera....
.
A final de febrero la respuesta en comentarios....

Yo leo


Yo soy el mundo y el mundo soy yo, porque a través de mi libro puedo ser lo que quiera. Palabras y dibujos, versos y prosa me llevan a lugares lejanos y cercanos.

En la tierra de Sultanes y oro, miles de historias se revelan. Alfombras voladoras, lámparas mágicas, genios macabros y Simbad cuenta sus secretos a Scherezad.

Con cada palabra en cada página, yo viajo a través del tiempo y el espacio; y en las alas de la fantasía mi espíritu cruza tierra y mar.

Cuanto más leo, más conozco. Es por eso que con mi libro estaré siempre en la mejor compañía-

ALICIA, otro anticipo. Ya queda menos.....

domingo, 14 de febrero de 2010

Corazones

lunes, 8 de febrero de 2010

Mira que biblioteca -panorámico-




sábado, 6 de febrero de 2010

Un montón de juegos de regalo


jueves, 4 de febrero de 2010

martes, 2 de febrero de 2010

LEER ME GUSTA

lunes, 1 de febrero de 2010

LA PALOMA MENSAJERA

ImageChef Word Mosaic - ImageChef.com
Que lugar más tranquilo; había paja por todos los sitios, se oía cómo las otras palomas cantaban lindas canciones, se veía a los pequeños polluelos al lado de sus madres y nadie entraba ni salía…¡Pues vaya aburrimiento!
Yo soy una paloma, pero no soy una paloma normal ¡No!, porque si no esta historia no sería interesante, yo soy una paloma blanca; blanca como los copos de nieve, blanca como el azúcar…
Puede que a vosotros no os resulte extraña, pero a los de mi especie sí; porque en el año que yo nací no había ninguna paloma blanca.
En mi palomar todo (como ya os he dicho al principio), era tranquilo, a las demás palomas les encantaba la tranquilidad, pero a mí me aburría, siempre se hacía lo mismo: despertarse, comer, hablar con las cotorras y dormir. Pero yo era una paloma que no se iba a conformar con eso, porque mientras todas las palomas estaban tranquilas, muchos hombres estaban en guerra y morían muchos niños inocentes…Después de mucho pensar, decidí que podría llevar mensajes de paz…¡Que buena idea!,pero no podía hacerlo sola. Así que me puse manos a la obra, sabía que con las de mi especie no podía contar pues, como siempre me denominaban como una tonta, esta vez no iba a ser diferente.
Estuve mucho tiempo pensando en qué especie me convenía, como tenía muchas ideas en la cabeza hice una lista:
.1ª especie: gallinas y gallos
.2ª especie: gatos
.3ª especie: perros
.4ª especie: cerdos
.5ª especie: vacas
Ya tenía las especies que quería llevar a mi expedición, ahora faltaba preguntarles si querían ir conmigo.
Primero tenía que ir a la granja para encontrar estos animales; llegué allí una hora más tarde; una vez en la granja busqué la jaula de los gallos; no era que digamos muy grande pero sí el agujero que había para entrar, así que entré me puse en lo alto del comedero y pedí:
-¡Silencio!
Las gallinas en vez de callarse hicieron más ruido y corretearon por toda la jaula asustadas, me bajé del comedero e intenté calmarlas; pero no pasó como yo creía pues, en vez de mirarme me aplastaron, no tengo ni idea de que hice para asustarlas pero el caso es que decidí borrarlas de mi lista porque no quería gallinas en mi expedición.

Lo mismo, quiero decir peor, pasó con el gato; quiero dejar claro que no le borré de mi lista por ser miedica, sino por querer comerme. Los perros hicieron oídos sordos a mi propuesta, porque se creían demasiado importantes para escuchar a una simple paloma. Los cerdos olían tan mal que ni siquiera me atreví a entrar en su recinto y además cuando intenté decirles mi propuesta desde fuera me llamaron cerda, los cerdos serán ellos. Y la vaca hacía sonar su cascabel para no tener que oírme.
Triste y decepcionada me fui al huerto de jazmines allí cogí un ranito y le dije:
-tú vas a ser el único que me va a acompañar en mi largo viaje.
Un poco más contenta volví al palomar, allí confeccioné una carta que iba a ser la que iba a decir en los lugares que fuera. Después me acosté, tenía que descansar bien.
Al día siguiente me até la carta a la pata y eché a volar con mi ramo de jazmín en el pico. Algunos días más tarde de mi partida me desorienté, como no era de allí, no sabía a donde ir, entonces es cuando eché en falta el mapa; mira que no llevármelo. Se me ocurrió que podría preguntar a alguien, de repente ví a una gaviota, era un ave, así que no me costaría entender su lenguaje.
- Hola amiga gaviota- comencé a decir- ¿Sabes cómo se va al país más pobre que esté, si puede ser, en guerra?
No me pareció una pregunta muy adecuada, pero bueno.
-Puess que quiegges que te digga – dijo la gaviota con un acento un tanto extraño- pogque no tengo ni idea-
Yo ya desilusionada me dispuse a irme cuando:
-Un momento – dijo de repente la gaviota – espeggate un momento; déjame que piense.
-Por favor dímelo rápido que tengo mucha prisa – comencé a decir yo – Es que…

Entonces le conté a la gaviota por qué había salido de mi palomar, el motivo de mi misión, como me habían rechazado los demás animales…

-¡Ah! Mongdieg una paloma aventuggega - chilló la gaviota.
-Sí, esa soy yo – dije agradecida por el mérito que me había dado esa gaviota – pero ¿ahora me puedes responder a mi pregunta?
-Vale, hum…- dijo la gaviota pensativa - ¡Ya está ¡ Áfgica, es un lugag muy pbge y además a veces hay gueggas .
-Gracias – dije satisfecha - ¿Puedo hacer algo para recompensarte?
-Pues – empezó la gaviota prudente- podgías llevarme contigo, pogque siempge soñé con seg una gaviota aventugega.

Así fue como empezó nuestro viaje desde Francia (Que fue en el país dónde antes aterricé) hacia África.
Volamos días y días; hasta que al fin en el horizonte divisamos nuestro destino: Era un continente de aspecto árido y seco, con muchos desiertos y pocos oasis. Al adentrarnos más en dicho país nos dimos cuenta de que no nos equivocábamos al respecto.
Les contamos a muchos animales nuestro propósito y se nos unieron; y pensar que al principio empecé con un ramito de jazmín.
Un día vimos que había una batalla campal entre muchos hombres y hasta algunos tenían enormes tanques, era nuestra oportunidad. Me puse en el centro de los dos clanes y pedí a un mono africano que tradujera mi carta al idioma de este continente. Cuando se dieron cuenta que yo estaba en el medio. Pararon de dispararse mutuamente y me miraron extrañados, después les dí mi carta y todos juntos la leyeron. Cuando acabaron, se quedaron perplejos y me miraron pero de repente y sin previo aviso se empezaron a reír, no me esperaba esa reacción pero no estaba del todo mal, porque se reían y se abrazaban los de un bando con el enemigo.
Yo no sabía que hacer ni que decir, ni falta que hacía, sobraban las palabras; todos habían comprendido mi mensaje, todos habían comprendido que si un animal es capaz de hacer la paz y haber recorrido tantos kilómetros por los demás, ellos, que tenían el don del cerebro,¿ por qué no iban a hacer la paz también?
Después de esa pelea mi vida dio un cambio drástico, volví a mi palomar con mi nueva amiga y todos me recibieron con alabanzas. Las gallinas, el gato, los perros,
los cerdos y la vaca que me habían rechazado vinieron al palomar para que les aceptara pero, aunque les acepté siempre supe que en la única que podía confiar era en mi amiga la gaviota.
El gobierno me bautizó: “La paloma de la paz” y me dio trabajo, que consistía en llevar mensajes de paz a muchos países. También me enamoré de un palomo blanco; blanco comos los copos de nieve, blanco como el azúcar... Y para que no se rompiera la cadena de palomas de la paz, tuvimos polluelos blanquitos; blanquitos como los copitos de nieve, blanquitos como el azúcar…

Lleva contigo las letras

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